La Real Fábrica de Tapices


La empresa ha evitado el 19 de octubre de 2016 la quiebra con un encargo de 1,2 millones de euros del Gobierno de Sajonia, el mayor encargo en 200 años (la antigua fábrica se creó en 1720 en Madrid). 

En 2006 fue declarada Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico lo que esquivó un poco la crisis y pudo mantenerse en pie durante esos años. Antiguamente generaba unos ingresos de 2 millones de euros anuales, pero durante la crisis los ingresos se redujeron a 0, ya que los pedidos no llegaban.

Alejandro Klecker quiso mantener a su plantilla, y eso provocó el endeudamiento. Pero el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Cultura salvaron la organización, y ahora la empresa se mantiene gracias a un plan de marketing internacional. La Real Fábrica trabaja en dos encargos: uno procedente de Líbano; un tapiz de casi 21 metros cuadrados y otro del Gobierno de Sajonia (Alemania), que consiste en la reproducción de 32 tapices que fueron destruidos durante la Segunda Guerra Mundial.