Una centrifugadora de sangre por 20 céntimos


20 céntimos, 125.000 revoluciones por minuto y sin electricidad: un par de bioingenieros de la Universidad de Stanford acaban de crear una centrifugadora que permite realizar análisis de sangre en cualquier parte del mundo.

Las centrifugadoras comerciales suelen ser dispositivos muy costosos, las más baratas valen de media unos 6.000 dólares. Eso hace que sean un instrumento prohibitivo para muchos países en desarrollo. Además, necesitan electricidad por lo que, incluso cuando logran conseguir una, los fallos en el suministro eléctrico pueden acabar dejándolas inoperativas cogiendo polvo en un rincón.

El mayor problema de 'Paperfuge', como lo han bautizado, no es la precisión técnica, sino los aspectos regulatorios. Es decir, que el dispositivo pase los controles de las distintas agencias nacionales y se extienda por el mundo. A pesar de esto podemos ser positivos pues el equipo ya ha conseguido repartir 50.000 unidades del centrifugador.